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Última actualización: 12:05

Devastación

Tras el temporal, Kicillof le pidió asistencia a Nación: "Se trata de un fondo que asciende a casi 1 billón de pesos"

21 de Mayo de 2025

La devastación causada por el último temporal dejó expuestas las profundas falencias estructurales de la provincia de Buenos Aires. Más de 30 municipios afectados, miles de evacuados, rutas intransitables y barrios aún bajo el agua —como en Salto y Campana— revelan una realidad preocupante: la falta de previsión, inversión y coordinación entre Nación y Provincia frente a emergencias climáticas.

El gobernador Axel Kicillof encabezó una nueva reunión del Comité de Emergencia, donde pidió al Gobierno nacional una asistencia urgente de “casi 1 billón de pesos”. Se trata de un fondo acumulado por Nación para catástrofes, que ahora la Provincia intenta reclamar tras haber admitido que no tiene recursos suficientes para afrontar las consecuencias del temporal.

Mientras tanto, las críticas a la Casa Rosada no se hicieron esperar. Kicillof denunció que el gobierno de Javier Milei paralizó “mil obras de toda índole” y dejó a la provincia sin avances en infraestructura clave como obras hidráulicas y mantenimiento de rutas nacionales. Sin embargo, el propio mandatario reconoció que algunas de esas obras comenzarán “con fondos propios”, lo que pone en duda por qué no se iniciaron antes y por qué no hubo un plan de contingencia previo al desastre.

Pese a que desde el Ejecutivo provincial se informa el reparto de asistencia —como 120.000 kilos de alimentos, 12.000 colchones y 14.000 bidones de agua—, lo cierto es que la ayuda sigue siendo parcial y no alcanza aún a cubrir lo proyectado. Solo se ha distribuido un 60% de lo prometido, y muchas familias siguen sin frazadas, calzado o refugio.

La respuesta oficial se centra en lo operativo, pero esquiva el fondo del problema: la falta de inversión preventiva y la descoordinación entre niveles de gobierno. El pedido de Kicillof a Nación, lejos de ser una solución, reaviva la tensión política en medio de una crisis humanitaria.

Además, el despliegue de seguridad y asistencia llega a cuentagotas. Según el ministro Javier Alonso, hay “100 efectivos adicionales” en los distritos más comprometidos, un número que parece insuficiente ante la magnitud del desastre y las dificultades para garantizar la vuelta segura a los hogares.

Mientras tanto, miles de bonaerenses siguen esperando. Y aunque se agradezca la “solidaridad de la comunidad”, como destacó el ministro Larroque, los vecinos saben que la voluntad popular no reemplaza al Estado. La emergencia climática desnudó una vez más una vieja deuda estructural: sin obras, sin coordinación, y con peleas políticas, las catástrofes seguirán teniendo las mismas víctimas de siempre.

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