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Última actualización: 12:05

Mafia

¿Galeno se cuida... pero no cuida? La cara oculta del gigante de la medicina prepaga

10 de Mayo de 2025

Aunque se vende como líder en medicina prepaga, Galeno enfrenta serias críticas por su accionar como Aseguradora de Riesgos del Trabajo. ¿Demoras estratégicas? ¿Evaluaciones a la baja? El lado menos visible de una gigante del sistema de salud.

Según indicó el portal degremiales.com, a simple vista, Galeno parece intocable: una red de sanatorios de primer nivel, tecnología de punta, decenas de miles de profesionales de la salud y un nombre fuerte en la medicina prepaga. Pero puertas adentro, su comportamiento como ART (Aseguradora de Riesgos del Trabajo) empieza a levantar sospechas que podrían costarle más que una mancha en su imagen corporativa.

Según denuncias que circulan en el ámbito laboral y jurídico, la empresa estaría incurriendo en una práctica cada vez más cuestionada: subestimar los daños sufridos por trabajadores accidentados y demorar los procesos indemnizatorios. Todo comienza cuando un empleado resulta lesionado y Galeno, como ART, evalúa el grado de incapacidad con su propio cuerpo médico. ¿El problema? Varios casos indicarían que estas evaluaciones minimizan el impacto real de las lesiones, obligando al trabajador a acudir a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), el ente estatal que revisa los casos con médicos independientes.

Pero ahí no termina el problema. Incluso cuando la SRT determina que el daño fue mayor y exige una compensación acorde, Galeno –según fuentes del sector– no acata sin más. Al contrario: apela, redobla la apuesta y extiende el conflicto hasta la Comisión Médica Central. Resultado: trabajadores en el limbo, esperando indemnizaciones mientras atraviesan lesiones, angustia y desgaste económico.

Y lo que podría parecer solo un conflicto entre el trabajador y la aseguradora, en realidad también arrastra a los empleadores. Porque si no hay acuerdo rápido, el damnificado puede reclamar una indemnización integral, una vía judicial que deja de lado el esquema habitual de las ART y que abre la puerta a demandas más caras, lentas y complejas, incluso contra la empresa contratante.

La pregunta que queda flotando es inquietante: ¿Galeno está cuidando su caja a costa del bienestar de los trabajadores y la seguridad legal de los empleadores?

De confirmarse estas maniobras, el prestigio de la firma podría empezar a resquebrajarse. Lo que hoy parece una decisión estratégica para ganar tiempo o reducir costos, mañana podría volverse un búmeran legal que impacte no solo a la aseguradora, sino a cientos de compañías que confiaron en ella para proteger a sus empleados.

En un contexto donde la transparencia, la rapidez y la equidad deberían ser la base de cualquier sistema de riesgos del trabajo, algunos empleadores ya estarían barajando un cambio de aseguradora. Y con razón.

Porque cuidar la salud de los trabajadores no es solo una obligación legal: es una cuestión ética.

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