Sueldos atrasados y enojo en el plantel: la crisis que golpea a Gimnasia bajo la gestión de Cowen

El clima en Estancia Chica está cada vez más caliente. A tres fechas del cierre del torneo y con la permanencia todavía en juego, el plantel de Gimnasia atraviesa una situación límite: varios futbolistas acumulan hasta cuatro meses de sueldos impagos, y la paciencia parece agotarse.

Durante la práctica de este jueves, los jugadores decidieron no entrenar en cancha y limitaron las tareas al gimnasio y una sesión de video. La medida, aunque informal, fue una señal clara de protesta hacia la conducción de Mariano Cowen, que se reunió con el grupo en medio de un clima tenso y sin poder ofrecer soluciones concretas.

Según trascendió, la dirigencia admitió que no tiene fondos para cumplir con las obligaciones básicas del plantel. Cowen habría asegurado que la única alternativa inmediata sería vender parte del pase de Alan Lescano, pero las ofertas recibidas no convencieron: un grupo inversor propuso 1,4 millones de dólares por el 50 por ciento, mientras el club pidió 1 millón por el 25 por ciento. La negociación, una vez más, quedó trabada.

La crisis ya fue elevada a Futbolistas Argentinos Agremiados, donde el referente Gastón Suso mantuvo contacto con Sergio Marchi para definir los pasos a seguir si la deuda persiste. En el vestuario, el malestar es generalizado, y el desgaste con la dirigencia se hace cada vez más evidente.

En paralelo, los intentos por gestionar un préstamo que permita pagar salarios fueron rechazados por los candidatos opositores, que no quieren financiar a un oficialismo que parece estar en sus últimos días.

Mientras tanto, Gimnasia sigue al borde del abismo: sin dinero, sin paz interna y con una comisión directiva que prometió reconstruir al club, pero lo hundió en la peor crisis económica de los últimos años.